¡Un hànzì al día! De cómo cazar serpientes.
Algunos, los más afortunados, tal cual Frank de la Jungla, de pequeños jugábamos con serpientes, de tierra y de agua y nos acostumbramos a identificar y respetar sus hábitats, a conocer su interior (corazón, cerebro,…), aun cuando la infancia imposibliite la convivencia pacífica y armónica y no lesiva con los seres vivos también conocidos como bichos.
Aunque de momento no esté refrendado por ningún sesudo estudio de una universidad de Pensylvania, posiblemente, la forma de “cazar” o acercarse a las criaturas de dios para darles un hábitat más digno (léase una caja de cartón, una jaula, …) condiciona y determina nuestro futuro acercamiento a otros bichos o lo que en términos científicos escolásticos se da en llamar semejantes.
Nos encontramos con toda una tipología humana: el silente (no lo oyes hasta que lo tienes encima, o detrás, o al lado), el petardero (de traca, se anuncia en los breves, lo ves venir), el malabarista (el que juega a la confusión, al despiste espectacular), el fantasma (pálido, encadenado pero que atraviesa paredes y su voz retumba incluso en su ausencia), el orquesta (el que te toca los bemoles a como dé lugar), el sacerdotal (de hábito, sermón y confeso), el camaleón (un mental fashion, combina sus colores y chaquetas con las circunstancias), el risueño (te apuñala, accidental y repetidamente, mientras te invita a un té), el metafísico (ahhh, defíneme punto de vista), el mercader (no me compensa, me devalúa), el mimo (yo, igual que tú, ídem de ídem), el pendón verbenero (si son dos días, ya sólo me queda medio),…
No obstante, volviendo al post de hoy, y en nuestr apuesta por el triunfo de lo elemental, lo propio en tiempo de crisis es el abolir lo abigarrado, porque ya no es creible, y lo que queda, detrás de la bisutería, el maquillaje, la marca, es la sinergia.
Así pues, ¿cuál creeis que será la forma más efectiva de cazar serpientes? No haciendo esto: 打草 dǎ cǎo 惊蛇 jīng shé (literalmente: golpear la hierba para advertir a la serpiente).
Usaremos esta expresión para indicar que estamos alertando a alguien, cuando “castigamos” a alguien para que los demás tomen nota, para advertir de la ineficiencia de un ataque con aviso previo,…