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Más microcultura china

Si ayer os presentábamos visualmente algunas diferencias entre los supermercados españoles y chinos, hoy, continuamos con elementos de la microcultura que conforman dos cosmovisiones y dos praxis diferentes.

Os introducimos el tema con la fantástica recopilación de sutiles diferencias llevada a cabo por Antonio Broto en su imprescindible blog, ya un clásico (http://chinochano.zoomblog.com).

– En el banco hay que pedir número, como en la carnicería.

– Los coches no respetan el semáforo rojo si van a girar a la derecha.

– La puerta de casa no se cierra del todo si no se usa la llave.

– El papel higiénico usado no se tira al retrete, sino a una papelera (de lo contrario te espera un atasco inminente).

– Al médico has de pagarle, y por adelantado.

– No se usa falsa cortesía (saludar sin apenas conocerse) en ascensores, pasillos de un edificio, etc.

– Las farmacias no piden receta y tienen casi estructura de supermercado.

– Los peluqueros siempre te lavan el pelo (de las pelus con final feliz no pienso hablar aquí, y además en España ya las hay, así que no hay diferencias).

– Muchas luces en las zonas residenciales comunitarias se activan con el sonido.

– No suele haber bañera, ni siquiera cortina, en las duchas de las casas.

– No se puede entrar en Facebook ni en Twitter, salvo que uses un servidor VPN.

– Se tiende dentro, en las galerías, no fuera, en las ventanas.

– No está tan extendido el lavavajillas o la vitrocerámica, pero sí hay mucho más aire acondicionado.

– En los restaurantes primero preguntan los camareros cuántos van a comer, aunque la respuesta sea obvia.

– No hay plantas bajas en los edificios (y a veces tampoco hay planta cuarta o decimocuarta, por temas de superstición).

– Los autos no paran en los pasos de cebra, jamás. Y si los estás usando como peatón, es posible que un coche te pite si se acerca a ellos.

– Desayunar fuera de casa está casi universalizado.

– Los teléfonos públicos están en los estancos, no hay locutorios.

– La luz se paga por adelantado (con una tarjeta que luego ha de pasarse por el contador para tener electricidad) y el agua del grifo no se suele beber.

– Los enchufes son planos, no redondos.

– Se puede fumar en los bares y otros muchos espacios públicos (por ahora, están intentando prohibirlo pero con la boca pequeña).

– No se dan propinas a los camareros (ni a ningún otro colectivo).

– No hay contenedores en las calles (están dentro de las zonas residenciales) ni separación de basura según tipos (esto casi no lo había cuando estaba en España, así que no me acostumbro cuando vuelvo a la patria).

– La gente ha de descalzarse al entrar en la vivienda, tanto en su casa como en la ajena, o al menos ha de preguntar si debe descalzarse (después le darán unas chanclas).

– En el metro hay control de equipajes (al menos en Pekín, una medida de seguridad “olímpica” que se les olvidó quitar tras los juegos).

– No se cierra al mediodía, ni el sábado, ni el domingo (válido para casi cualquier tipo de establecimiento, incluyendo los bancos, aunque éstos cierran a las 4 o 5 de la tarde, pronto para lo que son otros negocios).

– Correos te lleva el paquete a casa, no hay que ir a buscarlo (magnífico servicio).

– La copa (de licor) no se toma tras un banquete, sino durante éste (y repetidas veces).

– Ir en pijama por la calle es relativamente normal.

– Se regatea en muchos establecimientos (no todos).

– El camarero del restaurante, al darte la carta, se queda a tu lado hasta que te decidas. Y no hay menú del día.

– Las cocinas no tienen horno.

– Los taxis te cobran unos yuanes más de lo que marca el taxímetro (suplemento de gasolina) y se les llama con el brazo hacia delante, no hacia arriba.

– La gente se ducha antes de dormir.

– Las chicas usan paraguas cuando hace sol.

– La cama se hace plegando el edredón, o enrollándolo.

– La nevera no está en la cocina.

– Lo primero que te ofrece un anfitrión es agua (caliente).

Añadiríamos que:

– los tendederos muchas veces están en el comedor.

– el uso de manguitos (sobre todo las chicas) para salvaguardar el antebrazo de la blusa o jersey.

– se invierte mucho tiempo en el saludo y las despedidas suelen ser abruptas.

– es frecuente llevar los móviles colgados al cuello.

– las camisetas de novios o prendas iguales y él le lleva el bolso a ella como señal de emparejamiento.

– la comida para llevar te la pueden poner, fácilmente, en una bolsa de plástico.

– lo que te sobra en el restaurante, te lo llevas (打包 dǎ bāo).

 

 – los regalos se abren en privado.

– las chuches: otro mundo (frutas deshidratadas, caramelos de ternera, …), agridulces, picantes, …

– las gracias en la mesa del restaurante se expresan con un tamborileo de dedos sobre la mesa y al pedir fuego sobre la mano de la otra persona.

– la hora de levantarse: entre las 5 y las 6 (de la mañana).

– caminar de espaldas: uno de los ejercicios favoritos de la tercera edad.

– lo de “las damas primero” se sustituye por “los ancianos primero” o “el de  mayor rango primero”.

– cremas blanquentes por doquier.

– casi todo el mundo tiene su sastre (y su taxista).

– la macedonia de frutas lleva mahonesa (semidulce).

– si te vas de copas, el pincho es un surtido de frutas.

– los refrescos de té

– todos los sabores en las bebidas: aloe, cacahuete, lychee, jingseng, arroz,…

 

 

 

 

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